Consejos prácticos para evitar fugas de calor en casa
Quieres tener una casa a prueba de fríos, con un ambiente cálido aunque fuera bajen los termómetros. Y ese deseo requerirá de algo de inversión, aunque a la larga se acabará notando en la factura de la calefacción.
Hay diferentes formas de ahorrar en tu factura y de evitar además las temidas fugas de calor en casa. Te contamos qué alternativas existen y qué gestos que te harán pagar menos:
- Alfombras por doquier: puede parecer una perogrullada, pero las alfombras le dan un toque cálido a tu hogar y evitan que se pierda temperatura por el suelo (porque si no está aislado, debes saber que se escapa por ahí entre un 5% y un 10%). Las tienes de muchos tejidos, pero si quieres un consejo lo mejor es la lana: son más calentitas, es una materia natural y además, son resistentes. Todo beneficios.
- ¿Tienes que pintar? Pues decántate por una pintura térmica, que forma una cámara de aire y permite ahorrar en calefacción hasta un 40%. Habitualmente se fabrica en blanco (que no está mal si buscas dar luz a la sala), pero puede darse encima cualquier otro color. También puedes aislar las paredes con corchos y resinas naturales: no solo te aislarán del frío sino que, además, asilan acústicamente y son transpirables. Todo ventajas.
- Seguimos con las paredes: también puedes poner un zócalo de madera que ayudará a aislarlas térmicamente (por los muros se pierde aproximadamente un 20% del calor). Además, también frenan los ruidos. No temas obras porque son muy fáciles de poner a poco que seas manitas.
- Sofás con fundas: pasa lo mismo que con las alfombras, dan un toque cálido y además, los hace más calentitos. Lo mejor, para tu comodidad, es que te decantes por modelos elásticos que se adapten al sofá. Y no se te olvide un par de mantas en el sofá: si es lana, mejor que mejor.
- Ropa inteligente: en este caso nos referimos a los textiles de la cama. Las sábanas, de franela, que son más calentitas. O en su defecto, de poliéster con tacto aterciopelado. Por cierto que también las hay termorreguladoras. Si eres de colcha, mejor si lleva guata de 1,5 cm de grosor. Si eres de edredón, para temperaturas de 1824 grados, bastan los de 125 gramos. Si no tienes puesta la calefacción por la noche, que es lo habitual, te aconsejamos un edredón de 375-400 g/m2.
- Cortinas a tutiplén: gruesas, dobles o térmicas… las que prefieras. Abrigan más de lo que puedas pensar a primera vista, las más cálidas son las de chenilla o terciopelo. Las térmicas reducen las pérdidas de calor un 25%.
- Ojo con los cristales y las ventanas: por ellas se escapa entre un 25% y un 30% del calor. Es mejor que sean batientes, ya que estas aperturas son más herméticas que las correderas convencionales (que suelen ser las más habituales). Las de PVC son las que más protegen del frío. Si no quieres poner nuevas porque la economía no esté para dispendios, puedes reforzar las que tienes poniendo burletes en los marcos y si son ventanas correderas, puedes añadir juntas en los perfiles.
Fuente: idealista/news
Autor: Lucía Martín (colaboradora de idealista news)